martes, 8 de septiembre de 2009

Sin Tantos Negros Y Grises... ¡Con Varios Colores!


¨ Bien vale detenernos a pensar, algunas veces, en el lugar en el que vivimos y darnos cuenta de que es el Sur, todavía, un sitio de magia y calidez...

¿ Serán las grandes capitales que viven apuradas sin encontrar un toque de encanto? o ¿será que ese toque de encanto se va al vivir apurados y sin detenerse?.

Nosotros, los que vivimos al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no somos campesinos, estamos tan lejos de serlo....

Tal vez nos distinguimos en pequeñas cosas (al margen de la diferencia de habitantes): ¿cuáles?, el hacernos unos minutos para entrar en la iglesia o admirar el cantar de pájaros en los árboles o el andar sobre hojas secas escuchando su crujir o simplemente caminar pausado mirando el paisaje que uno recorre diariamente para llegar a la estación a tomar el tren.

La sociedad de consumo llega (no al paso desenfrenado de las capitales pero...) y los hombres se adaptan, la usa la toman o la dejan. Pero las pequeñas cosas se sienten, “la patria chica“se quiere (aunque a veces no se respete como debería ser), se aprecia, se siente.

La luz de la esquina que prende y apaga, denotando el olvido y connotando el hoy, este hoy que atormenta, a veces aprieta y otras asfixia, oír a tango, a radio galena, a espica encendida; un Gol con la “L” (larga final)... y un grillo. Oír esa mezcla fina de ruidos y gente, esa “luna plata” rozando el firmamento y...recuerdos, quimera y un ápice de....macedonia intelectual, eso es lo que todavía ha de darnos estas ciudades, grandes de cáscaras y pequeñas de alma...

No es el único oasis en medio de un desierto de incomprensión, intolerancia, un desierto sitiado por hombres que van, van y van: ¿adónde?, ellos van.... Hay, sin ser este el caso, otros lugares con las características de pueblos puros, sólo basta cubrir unos kilómetros para darse cuenta de ello.

Al alejarse de las grandes ciudades se encuentran hombres que todavía conservan la inocencia y no tienen en su idiosincrasia esa “viveza criolla“que tanto bien creemos hace. ¿Creemos eso?

No somos campesinos (nos falta tanto para ser como ellos), pero luchamos contra una sociedad que no es de consumo, ya es en consumo de los pequeños lugares. Dicho esto, ya que basta con pisar tierras del interior del país para observar que esos conglomerados están muy lejos de la indecencia y la falta de palabra: el honor ante todo.

En definitiva, no somos de allá (de esos pagos del interior) somos de acá, de estas tierras cercanas a la cosmopolita Capital Federal. Cercanos, pero diferenciados ya que en estos éjidos se pintan las cosas cotidianas con otros colores, no como en las grandes urbes...de negros y grises.

FEDERICO GASTON GUERRA
Nota: Mural pintado en el Colegio Santa Inés por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Lomas de Zamora. Basado en fotografías históricas publicadas por Federico Guerra y Pablo Yawny en una serie de postales históricas de Turdera.

1 comentario:

  1. coooool !! nice job :D

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    ;)

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