lunes, 31 de agosto de 2009

Jorge Luis Borges:El escritor de los senderos que se bifurcan


Federico Gastón Guerra
Artículo publicado originalmente en la revista literaria La Casa de Asterión. Colombia.

El autor de este ensayo es periodista de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Argentino, natural de Turdera, ciudad sobre la que ha realizado investigaciones históricas, homologándola con el espacio icónico y mítico que aparece en algunos cuentos de Borges. Ha dictado conferencias en su país sobre Borges y la zona Sur.
Miembro del Instituto Histórico Municipal del partido de Lomas de Zamora.

Ha sido Borges un enamorado de la zona Sur. Sus obras siempre reflejaron estas tierras, donde ubicaba sus cuentos de malevos. Vaya este artículo como un humilde homenaje al creador del Aleph

"--Hablemos de esas mitologías de compadres y caudillos.
--Yo no creo que corresponda a Adrogué sino a Palermo o a Turdera. Como la famosa familia de los Iberra ".
Este pequeño diálogo se da entre la desaparecida revista Sur Semanario y el escritor Jorge Luis Borges.
Ha sido sin duda alguna este hombre de las letras uno de los escritores más interesantes que hayan pasado por la literatura nacional. Cada cuento o línea de Borges tenía aroma a malevaje. Por esto, en el poema "El Tango", no duda en calificar a nuestro compadritos como "hombres del cuchillo y el coraje ".
Tal vez la síntesis perfecta de lo reflejado por el ganador del Premio Cervantes hayan sido los Iberra, así, a secas y con todo el afecto con el que antiguos vecinos recuerdan a estos hermanos. Afectos de ira, de ternura o de simple leyenda de un Turdera de la Costa Brava y el camino de Las Tropas.

Por Adrogué: su continente
De estas tierras emanaron sus mejores cuentos.
"En su niñez solía (Jorge Luis Borges) pasar los veranos en esta ciudad (Adrogué). En 1977 Ediciones Adrogué publicó su libro "Adrogué", con ilustraciones de su hermana Norah", se lee en la colección Clarín sobre el Partido de Almirante Brown.
El gran escritor tuvo siempre esa sensibilidad por el Sur, sus aromas y sus paisajes.
De allí surge que como una profunda mimetización con su terruño, escribió en el poema "El sur" (igual título para el cuento): "Desde uno de tus patios haber mirado / las antiguas estrellas, / desde el banco de la sombra haber mirado / esas luces dispersas / que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar / ni a ordenar en constelaciones, / haber sentido el círculo del agua / en el secreto aljibe, / el olor al jazmín y la madreselva, / el silencio del pájaro dormido, / el arco del zaguán, la humedad, / esas cosas, acaso, son el poema."
Y no sólo esos indicios guiñó. Además, por Adrogué, gestó esos senderos que se bifurcan y que, según él, son "una enorme adivinanza, o parábola, cuyo tema es el tiempo; esa causa recóndita le prohíbe la mención de su nombre".
En este segmento de "El Jardín de los senderos que se bifurcan", de su mítico libro Ficciones, podemos rastrear unas líneas más acerca del profundo apego que sobre él marcó Adrogué y ese halo de misterio que él mismo entregaba: "Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas y a perífrasis videntes, es quizá el modo más enfático de indicarla".
La periodista del diario Clarín, Sandra Comiso, en una nota fechada el jueves 13 de junio de 2002, precisa que "Fue en una quinta de la calle Macías donde (Jorge Luis Borges) pasó interminables tardes de la infancia junto a su hermana Norah, y fue también allí (Adrogué) donde vivió junto a su madre, Leonor Acevedo, ya viuda, en una sencilla casa de Diagonal Brown 301, durante la década del 40".
"Y fue en el Hotel «La Delicia» --amplia Comisso--, uno de sus lugares favoritos, donde solía cenar con amigos. Adrogué tuvo mucho que ver en el contenido y continente de su literatura."
De este suburbio gestado sobre diagonales y coquetas construcciones, el célebre literato tomó las musas para escribir, acaso y según sus palabras, su mejor cuento: "El sur".

Una fortuna
El manuscrito de "El Sur" fue fechado en Adrogué y subastado en Junio de 2002 por 186.000 dólares. El dinero fue pagado por la fundación suiza "Martín Bodmer".

La información periodística del 21 de Junio de 2002 daba cuenta de que "la venta fue un éxito. Los 186.000 dólares conseguidos por la versión manuscrita de su cuento «El Sur», escrito en 1953 y datado en Adrogué, superó ampliamente la base inicial estimada de unos 90.000".
Las hojas eran 8 páginas amarillentas arrancadas de un cuaderno espiral y con márgenes llenos de anotaciones del propio Borges.
Tal vez la popularidad se dio debido a que fue el último cuento de puño y letra, antes de quedar ciego. De allí se desprende esa maestría para no perder detalles de ese almacén antiguo que él describe en el cuento y que muchos dan por descontado que se trata del Almacén de Ramos Generales Santa Rita.
El Almacén de Santa Rita fue construido hacia 1870 en la confluencia del camino real y el camino de Las Tropas (actualmente avenida H. Irigoyen y Avenida Frías). Funcionaba como almacén de ramos generales y despacho de bebidas. Allí se filmó la película "De eso no se habla", de María Luisa Bemberg, y pasaron figuras como Marcelo Mastroiani, Joan Manuel Serrat, Luisina Brando.
Borges lo inmortalizó con estas líneas de "El Sur": "El almacén había sido punzó, pero los años habían mitigado para su bien ese color violento. Algo en su pobre arquitectura le recordó un grabado en acero, acaso de una vieja edición de Pablo y Virginia. Atados al palenque había unos caballos."
"Dahllman --prosigue el cuento--, adentro, creyó reconocer al patrón; luego comprendió que lo había engañado su parecido con uno de los empleados del sanatorio. El hombre, oído el caso, dijo que le haría atar la jardinera; para agregar otro hecho a aquel día y para llenar ese tiempo, Dahllman resolvió comer en el almacén. En una mesa comían y bebían ruidosamente unos muchachones, en los que Dahllman, al principio no se fijó []."

Siempre El Sur
"Velay señores la historia de los hermanos Iberra / hombres de amor y de guerra y en el peligro mejores / la flor de los cuchilleros / y ahora los tapa la tierra". Estos versos son parte del tan mentado poema "Milonga de dos hermanos", en donde el escritor de El Aleph refleja con precisión el pasar de una familia en un suburbio sombrío.
Eran tempos en que el cuchillo brillaba en la noche como colmillo envenenado y no sabía de razones ni de lógicas; por eso ha de ser que en uno de sus cuentos Borges asevera que no eran los hombres quienes peleaban sino las armas.
"La intrusa" es otro de los relatos en donde el maestro de las letras toca el tema de las mujeres fáciles, los prostíbulos sucios de la zona de Morón y la escenografía principal de un Turdera sombrío, en el seno de una casa a orillas de las vías junto al Puente de ladrillos que aún hoy se conserva tal como entonces, en la intersección de las vías del ferrocarril Roca y la avenida General Frías, en el límite de Turdera, Llavallol y Adrogué.

Juan Muraña, Jacinto Chiclana y tantos otros pendencieros de zonas oscuras subsumidas en callejuelas angostas y tierra por doquier; ganado cimarrón, ombúes a la distancia y ranchos de adobe y paja, era lo que completaba el montaje de caballos y relatos del narrador de historias pendencieras que descansa en Ginebra.
Querer, en un artículo, enumerar todas las características del máximo escritor que ha acunado en Adrogué, parte de sus mejores recuerdos, sería muy difícil ya que en sus escritos siempre se puede profundizar más y más y sorprenderse con alguna postal sureña de esos tiempos de carruajes halados y paisajes vírgenes de toda geografía trazada por la mano del hombre.
Cada páramo sería un lugar en donde el duelo criollo estaría presente, esperando que una pluma capte como una fotografía el momento de la estocada final, cada villorrio esperaría con ansias la llegada de Borges para contar sus historias de copas de más y pelea maleva.
Y ese Borges fatal --de quien los santos se apiaden-- dejó su obra dedicada a aquellos que tiñeron con honor cada duelo del Sur y que le dieron tinta para que dejara en sus libros todas y cada una de las expresiones del hombre guapo, pero guapo en serio.

Lastima que faltó el Premio Nóbel ya que hubiera sido además el premio a esas historias que de tan repetidas por todos hasta hubiéramos creído verdaderas al sentirlas como ciertas en la escritura de Jorge Luis Borges, el mentor del cuchillo y el coraje.
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© Federico Gastón Guerra
LA CASA DE ASTERIÓN
ISSN: 0124 - 9282
Revista Trimestral de Estudios Literarios
Volumen IV - Número 14
Julio-Agosto-Septiembre de 2003
DEPARTAMENTO DE IDIOMAS
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - FACULTAD DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO
Barranquilla - Colombia
El URL de este documento es:
http://lacasadeasterionB.homestead.com/v4n14send.html

domingo, 30 de agosto de 2009

Las Primeras Farmacias De Temperley y Turdera


La primera Farmacia que tuvo Temperley fue la “Farmacia Duchini”, esta abrió sus puertas en 1900 frente a la estación del ferrocarril Roca, en la calle Meeks casi esquina 25 de Mayo. No sólo funcionó como botica sino que también en su local se realizaron reuniones con personajes que fueron protagonistas de la historia nacional como “el Teniente General Pablo Riccieri, Pastor Obligado, Juan Argerich, entre otros vecinos. Las tertulias que allí se hacían eran amenizadas con buena música, una copa y buena charla. Como si algo faltara, allí también se pintaban cuadros”, cuenta Jorge Gualco y Alberto De Paula en el libro “Temperley su historia, su gente”.

Turdera, ciudad pegada a Temperley en el partido de Lomas de Zamora, tuvo su primera farmacia hacía los primeros años de la década de 1920, (no teniéndose precisión en el año), y estaba ubicada en las calles Santo Tomás y avenida Puig cerrando poco después de abrirse: “Cerró tal vez porque en Turdera no se enfermaba nadie en aquel tiempo”, rememoraba Manuel Severi en la publicación de la revista San Pablo de 1937.

Una anécdota que vale la pena reflejar relacionada con la farmacia de Duchini en Temperley, la falta de medicamentos en la botica de Turdera y el tranvía a caballo que unía Turdera con Temperley, -ese tranvía que tenía su estación en la avenida Puig y Santo Tomás en Turdera y en la estación ferroviaria de Temperley- dice: “¿Quién no recuerda a la vez, a más de una vecina que detenía la marcha del tranvía con la justificada protesta de más de un pasajero en apuros, para pedirle al conductor que le trajera de la farmacia de Duchini un paquete de algodón, o $0.20 centavos de sal inglesa. O bien La Prensa, o cualquier otro menester, que tan bien y con buena voluntad se prestaban a hacer los muchachos que gobernaban la yunta mala cara de la ya destartalada carroza”, nuevamente Manuel Severi es quien pintaba de cuerpo entero, con tradiciones cotidianas, la vida de dos pueblos que respiraban aires campestres y latían a otro ritmo.

Federico Gastón Guerra
Nota: La fotografía es sólo ilustrativa de una farmacia de la época. Esta es un típico comercio de La Pampa. Ilustración de http://www.region.com.ar/productos/semanario/archivo/760/mitre760.htm

Cuando "La Delicia" era alojarse en el hotel


Allí se alojaron Sarmiento, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, los escritores Belisario Roldan, Miguel Cané, Roberto J. Payró, Jorge Luis Borges, y los pintores Ernesto de la Carcova e incluso llegó a concentrar allí el primer equipo de Boca Juniors en los años 40. Fue demolido en 1958.
El hotel fue la residencia de Esteban Adrogué a fines de 1871 (en la hoy esquina de la avenida Espora y Esteba Adrogué) que en 1873 fue convertida en el famoso hotel "La Delicia" (no "Las Delicias"). Este nombre se debe a que un amigo de Adrogué, Ochoa, quien visitó el paraje exclamó: "Esto es la delicia". Por eso, el lugar de descanso pasó a tener ese nombre.
Incluso la calle que hoy se llama Esteban Adrogué fue conocida durante años como "La Delicia" debido a que iba desde la estación hasta la entrada del hotel. La misma fue trazada por Esteban Adrogué para la comodidad de los turistas que venían a alojarse en las instalaciones. Esta calle pasó a llevar el nombre del fundador del partido de Almirante Brown hacia 1893.
Políticos
"El hotel La Delicia, en Adrogué, ocupa un capítulo dorado. El político Carlos Pellegrini era uno de sus asiduos concurrentes veraniegos e, incluso llegó a festejar allí sus bodas de plata con Carolina Lagos, ofreciendo un apoteósico baile en el verano de 1896", se lee en la nota "Aquellos veranos del poder" de la revista Viva.
Y de la tertulia social la nota pasa al episodio político: "Allí durante su veraneo de 1898, protagonizó un episodio con el periodista Julio Piquet quien lo recopiló en el artículo un reportaje frustrado . Contaba Piquet 'sólo una vez hablé con el Dr. Carlos Pellegrini fue en el Hotel La Delicia (...) hice levantar de la cama al ilustre estadista a las 11 de la noche para preguntarle si era cierto que había vuelto sobre sus declaraciones repetidas de que no quería ser candidato a la presidencia'".
Los peces de Sarmiento
Otro hombre clave de la historia de nuestro país que supo pasear su figura por el inagotable Hotel fue Domingo Faustino Sarmiento quien tuvo su estada en Adrogué y en la nota "Aquellos veranos de poder" el hecho no pasó inadvertido.
"En 1873, cuado Domingo Faustino Sarmiento, entonces Presidente, visitó el hotel, fue tal la admiración que le produjo el estanque de agua de La Delicia que inmediatamente dispuso efectivizar la donación de unos cuantos ejemplares de peces de cultivo al dueño, Esteban Adrogué."
La anécdota concluye al decirse que "El Presidente envió una variedad proveniente de arroyos y lagos de Norteamérica: los peces carpa, especialmente apreciados por los gourmet, fueron saboreados en La Delicia por muchos políticos y dirigentes de época". Además, y entre tantos otros, Manuel Quintana, los escritores Belisario Roldan, Miguel Cané, Roberto J. Payró, Jorge Luis Borges, y los pintores Ernesto de la Carcova e incluso el primer equipo de Boca Juniors en los años 40, supieron gozar de las instalaciones de la residencia.
Bella Adrogué
El hotel fue demolido en 1958 cuando el paisaje de Adrogué era la pintura que Miguel Di Leo trazó en su poema "La Canción de Adrogué": "Es tan bonita la Ciudad de Adrogué/ maravillosa pintura / que Don Esteban legó... / El dulce encanto de sus plátanos y tilos / eucaliptos y pinos / y sus jardines en flor. / Es un manto bordado / de llamas y flores / pueblo de mis amores / nunca te dejaré. / Como te adoro a ti, Ciudad de mis amores / no encuentras otros lugares / como mi bella Adrogué."


Nota publicada por Federico Guerra en el semanario Lo Más Regional de Lomas de Zamora
Martes 17 de mayo de 2005 Edición número 12 - Año 1

sábado, 29 de agosto de 2009

Una esquina de ramos generales impregnada de "El Sur"



Se trata del almacén Santa Rita que fue construido hacia 1870 en la confluencia del Camino Real y el Camino de las Tropas (hoy Quintana y De La Peña) y funcionaba como almacén de ramos generales y despacho de bebidas. ¿Allí Borges escribió El Sur?
Eran tiempos difíciles aquellos de fines de siglo XIX cuando el barro era una constante en las calles de Adrogué debido a inviernos lluviosos que hacían de las huellas polvorientas lagunas inciertas y difíciles para el acceso. Y era ahí, justamente cuando empezaba la labor interminable de los dueños de los almacenes de ramos generales que látigo en mano arriba del caballo hacían malabares para ganarle a la rigurosidad del clima.
Hoy en Adrogué, Quintana y De La Peña, fluye aún viva una esquina que lleva en su esencia ese sabor a campo traviesa e irradia con sus recuerdos olores a nostalgia de tiempos lejanos y de suburbio malevo.
En ese lugar se filmó la película "De eso no se habla" de María Luisa Bemberg y pasaron figuras como Marcelo Mastroiani, Joan Manuel Serrat, Luisina Brando.
Actualmente funciona como restaurante.
Duelos borgeanos
Es una esquina donde las anécdotas se han multiplicado en aquellos años de calles de barro y casas estilo chorizo, a lo largo.
Un almacén de ramos generales era lo que se erigía entre esos ladrillos a la vista que hoy cualquier visitante ve como una casona de antaño. Esta edificación tiene una historia particular que se ha gestado en 1870 cuando por ese tiempo confluían el Camino Real y el de Las Tropas (actuales avenida Hipólito Yrigoyen y avenida General Frías ). Confluencia aquella ganada por la geografía desnuda que hacía ver las distancias más cercanas.
De conchilla y sin revoque, esa estructura era punto de copas, cuentos y duelos borgeanos.
En 1924 el lugar tomó forma de bar y cuentan que Jorge Luis Borges inspiró de ese aire para poder escribir algún que otro cuento de malevos y cuadreros... como El Sur.
Copas y compras
Allí se compraba de todo y quienes venían del campo traían sus listas en las que detallaban los víveres que se necesitaban todo el mes.
Y en ese reducto, a veces bravo, el almacenero hacía los paquetes mientras una grapa en esas mesas sin manteles era la compañía ideal junto a una charla con otros hombres que deambulaban por el local. Así se completaba la escenografía del almacén de ramos generales.
Páramos despoblados que según papeles amarillentos recién comenzaron a consolidarse como urbanos hacia la década del '40 del siglo pasado. Una gacetilla de remate de 1943 de la empresa Rufino de Elizalde & Compañía ofrecía en Adrogué, F.C.S., al lado de la estación Turdera, 189 lotes y una casa quinta con calles afirmadas pagas.
Papel madera
Tiempos donde todo se vendía suelto: desde el aceite hasta el vino. El azúcar se despachaba en papel madera y la yerba, también al peso.
Un trato amable entre el almacenero y el cliente era lo que amigaba al comprador y vendedor en esos años de casas sin ochavas con palenques para atar los caballos en la puerta de cada almacén.Distinta era esa comunicación a la que hoy se respira en las grandes tiendas y supermercados.
Así era la vida de aquellos años: distinta, de a caballo y con compras que se hacían en un solo lugar: el almacén de ramos generales.



Nota publicada por Federico Guerra en el semanario Lo Más Regional de Lomas de Zamora

Lunes 2 de mayo de 2005 Edición número 10 - Año 1

viernes, 28 de agosto de 2009

Hubo en Turdera un cine teatro llamado Colón


Una estructura vieja, en la esquina de las calles Agüero y Zapiola, es lo que hoy la mirada descubre. La misma perteneció al teatro Colón de Turdera, allá por la década del ’10. También fue cine y salón de baile para beneficencia y fiestas populares.

Riziero Preti fue quién fundó la entidad en 1913 para la diversión de vecinos que veían en este teatro-biógrafo la única fuente para pasar el tiempo en esos largos y lluviosos inviernos.
“Pasaban películas que, por supuesto, se cortaban a cada rato porque las filmadoras tenían sus defectos; después había espectáculos de teatro en el Colón de Turdera” rememoran los viejos vecinos memoriosos.

Los propios habitantes de Turdera eran quienes animaban las obras de teatro. En esa nómina se puede citar a: Pedro Crisuoli, Antonio Strianesse, José Vives y Miguel Carbone.

La orquesta estable del teatro, formada por vecinos, tocaba en varias oportunidades en el escenario para el deleite de todos. Fue esta agrupación musical la que tocó especialmente, invitada por el Jockey Club, en la apertura del hipódromo de Temperley el 24 de junio de 1914.

Lo cierto es que el modesto cine-teatro servía de ocio para los días de frío y lluvia a toda una barriada que encontraba en el salón el deleite los fines de semana con: películas de Chaplín y monólogos de algún vecino locuaz de fáciles palabras.

Pero, todo ascenso tiene su contrapartida y en este caso el declive de esta sala de Turdera no se hizo esperar demasiado ya que con la llegada de los caminos la gente iba dejando las obras vecinales y se trasladaba hacia Lomas de Zamora, a los cines más importantes.

Las puertas de este teatro cerraron en las postrimerías de los años ’30; lejos quedaron las visitas de la reconocida Madre María y los gallineros llenos para escuchar a la orquesta estable del Colón.

Ya en 1934, cuando el descuido y los pastos tapaban la puerta de entrada, la estructura fue subastada por $6.800 pesos de entonces. La hora final de la sala había llegado.

Sin modificarse mucho su estructura la sala de proyecciones pasó a ser una fábrica de zapatos durante varios años. Tiempo después la industria también dejó Turdera y el lugar comenzó a poblarse de mugre, y esa esquina quedó nuevamente sumergida en el olvido. Aunque hoy por hoy funciona allí, ahora sí con grandes modificaciones interiores, una nueva firma comercial.

Un teatro devenido en fábrica: clara muestra de los tiempos que corren y el progreso capitalista que no se detiene...




FEDERICO GUERRA

Hubo En Turdera Un Cine-eatro llamado Colón

Tranvía a caballos de Turdera 1910


Mural pintado en el Colegio Santa Inés por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Lomas de Zamora. Basado en fotografías históricas publicadas por Federico Guerra y Pablo Yawny en una serie de postales históricas de Turdera.

Estación Turdera 1909


Mural pintado en el Colegio Santa Inés por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Lomas de Zamora. Basado en fotografías históricas publicadas por Federico Guerra y Pablo Yawny en una serie de postales históricas de Turdera.

Centenario Football Club: la prehistoria del Club Atlético Temperley


¨ Centenario Football Club, fue el primogénito nombre del Club Atlético Temperley.

¨ Este equipo jugó en Turdera y son interminables las anécdotas y recuerdos de esos tiempos de principios de siglo.


Turdera, es una Ciudad pequeña que encierra entre sus poros destellos de historia importantes. Pero lo curioso es que no sólo acuna génesis personal sino que además guarda entre sus recuerdos historias ajenas que merecen contarse e investigarse.

Corría el año 1910 y este páramo empezaba a dar sus primeros pasos sociales es por eso que como toda villa necesitaba tener sus lugares de distracción ya que los caminos que conducían a Lomas de Zamora, eran precarios e imposibles luego de inviernos lánguidos y días de llovizna permanente. Es por esto narrado que el villorio naciente entre Temperley y Adrogué ya contaba con el club El Jazmín para el vermouth del domingo o el café de la tarde, este estaba ubicado en la esquina de las hoy calles Agüero y Zapiola.

Había un bar y faltaba el club social, por eso nos topamos en esos años con el Club Social Turdera (quién gestó la primera kermes familiar); es decir, ya tenemos el cafetín y el divertimento social pero... ¿y el fútbol?, para eso estaba la cancha del Centenario Football Club, el actual Club Atlético Temperley.

La cancha de este equipo nacido en el año 1910, es decir al cumplirse un centenario de la revolución de mayo, estaba detrás del denominado Teatro Colón de Villa Turdera en la intersección de las hoy calles San Lorenzo y Agüero. Casualmente esta cercanía con el teatro les trajo a los muchachos del Centenario más de un inconveniente.

El field, era propiedad de la familia Preti, y el alquiler costaba la módica suma de $0,20, es decir, sólo pagaban el gasto del agua. Con este último dato podemos descartar (hasta encontrar un nuevo indicio) la hipótesis de que el pago por el arriendo de la cancha era entregado al Club Villa Turdera (del cual aún hoy se discute si realmente existió un club con este nombre en la ciudad).

Las anécdotas (1) más curiosas pasaron por este ( dicho con respeto ) “potrero“, como el conflicto permanente entre los directivos del teatro y del club Centenario, el motivo de la enemistad se basaba en dos ejes fundamentales: uno era cuando había funciones tantos de comedias locales como de cine mudo y el partido se disputaba en la cancha, los gritos y los pelotazos eran muy molestos, más allá de la lona que ponían entre ambas divisiones; otro tema era el agua, ésta muchas veces era cortada por el teatro, ya que había un solo molino que abastecía a las dos fracciones y la prioridad del agua era para el público y/o los integrantes de la compañías teatrales.

El ruido y el agua, uno obligaba a parar la obra y pedir silencio ¿se haría caso a esto? y el agua inducía a los jugadores a subirse al tranvía a caballos que pasaba a metros del potrero e iban a la casa de los Preti a protestar así sucios como estaban por la falta del elemento vital, tanto para saciar la sed como para asearse.

Han pasado varios equipos por esta cancha de piso sin alisar y tierra sin pasto, “En 1920 (...) el campo de Turdera, estaba en malas condiciones. Era casi imposible jugar al fútbol”, rezaba la revista partidaria Empuje, órgano oficial de Club Atlético Temperley, años más tardes como anécdotas del comienzo (2).



¨ Tantos encuentros memorables...

La pelota de tiento ha sido pateada, por esa cancha, por jugadores del Club Atlético Adrogué (su cede actualmente esta enfrente a la plaza General San Martín de esa Ciudad a metros de la estación) y Nacional de Adrogué al jugarse un triangular junto con Centenario a fines de 1919. Fue a comienzos de ese año donde el club castellaniza su nombre por intermedio de asamblea y pasa a llamarse Club Atlético Centenario en lugar de Centenario Football Club.

Además pocos día antes había enfrentado a el Club Argentino de Banfield por la segunda división de fútbol ( esta categoría estaba compuesta por el Club Atlético Adrogué, Argentino de Banfield, Chacabuco, El Porvenir, Sportivo Suizo, Honor y Patria, Sportivo Dock Sud, Talleres United A y B ) pero ese partido no pudo disputarse en Turdera.

Este tema tan actual: “la violencia”, no es asunto contemporáneo, ya que aquel encuentro no se disputó bajo la localía de Centenario ya que el presidente de la institución Alfredo Beranger decide que el match se juegue en terreno neutral debido a la rivalidad de los barrios.

Fue el mismo Beranger quién en 1921 y ya jugando el club en divisiones intermedias (las categorías de los años ‘20 estaban divididas en Primera, Intermedia y Segunda) rechazó una invitación del Club Adrogué para disputar un encuentro debido a la enemistad de los vecindarios, es decir Turdera y Adrogué. En enero de ese año el club había cambiado su nombre por el actual Club Atlético Temperley, a través de asamblea de socios.

Los colores del club que hace de prehistoria de Temperley (Centenario) están en investigación, aunque la versión oficial nos habla de que los mismos eran idénticos a los actuales, celeste con vivos blancos, hay quienes indican que aquellos atuendos de principio de siglo eran verdes con tonos rojos.

El primer presidente de la institución se llamó Eduardo Sciandra y tanto su sede como la secretaría oficial del club han residido por muchos años en la casa del directivo de turno. Luego la primera sede fija se enclavó en la Avenida Meeks 1066 Temperley, posteriormente en al Avenida 9 de Julio 310, para terminar de radiarse con unos metros de diferencia en la misma Avenida, donde actualmente quedan las instalaciones celestes.

Luego de pasar por Turdera el Club se radicará donde hoy yace, en 9 de Julio y el paso bajo a nivel de Temperley. Junto a glorias y lamentos el Club Atlético Temperley tiene un pasado en Turdera, en esa Ciudad tan pequeña y con tanta historia para buscar...y sorprenderse


(1) Las anécdotas y recuerdos han sido relatadas por el historiador (ya fallecido) Luis Guido Tomasi y la señora María Preti.
(2) La Revista Empuje pertenece al Médico e historiador del Club Atlético Temperley Marcelo Ventieri.

El día que en Turdera nevó

Nota escrita el 9 de julio de 2007

Escribir estas líneas desde la ventana cubierta de nieve, parece una película digna de cualquier festejo de navidad de los Estados Unidos o de Europa. Ya son las 18 en esta pequeña localidad de algo más de un kilómetro cuadrado, y los copos no detienen su caída desde las 15 de este 9 de julio de 2007. La plaza General San Martín de Turdera, partido de Lomas de Zamora –a 20 kilómetros de la Capital Federal-, luce blanca –bien cubierta- y ya con algunos incipientes muñecos a los que sólo le falta la zanahoria.
El termómetro por esta zona llega a elevarse apenas una rayita sobre cero. Ya es nevada con techos llenos de polvo blanco y los autos ya no se distinguen por color sino por formato.
Nieva en Turdera y es noticia. Es la primera vez en toda su historia –se fundó en 1910- que ocurre un fenómeno de este tipo. “No se puede creer”, se escucha en cada vecino que a su manera inunda las calles de flashes y de pelotas de… nieve que ya forma una capa tan ¡gruesa como un dedo!
El último registro serio de nieve acumulada en Lomas de Zamora data de 1918, cuando la plaza Grigera frente al municipio se cubrió por completo un 22 de junio. Por ese tiempo este partido era aldea incipiente muy lejos de soñarse como conglomerado actual de más de 400 mil habitantes. Y casi 90 años después fue el turno de Turdera, la ciudad más chica del distrito.
Las calles bien nevadas, el pasto color blanco, las veredas brillosas y la nieve acumulada hacen creer que estamos mucho más al sur que los apenas 20 kilómetros que nos separan de la Capital Federal.
Los techos ya no son ni teja, ni membrana, ni cemento, ni chapa… sólo son nieve acumulada que hace frotar los ojos a los pobladores de Turdera que gastaron cientos de rollos y de baterías de celulares que dejarán para toda la vida una imagen inesperada … o esperada hace casi 90 años en Lomas de Zamora.
El espectáculo conmueve y se hace cuento de invierno europeo. Por un día vivir en Turdera pasó a ser un sueño del que no nos gustaría despertar, al menos ¡hasta que podamos concluir el muñeco de nieve!
Un 9 de julio de 2007 nevó en Turdera… yo lo pude ver y ¡se lo contaré a mis nietos!


Lic. Federico Guerra
Vecino de Turdera
Miembro del Instituto Histórico Municipal de Lomas de Zamora

Turdera, la ciudad más chica del partido de Lomas de Zamora


La gestación de esta localidad data del 30 de enero de 1910 día en que se colocó la piedra fundamental de la Iglesia Conversión de San Pablo. -Actualmente es la más chica de las ciudades que componen el Municipio de Lomas de Zamora.-En sus comienzos fue conocida como Loma de Las Hormigas por la altura de las tierras que pertenecían a las hermanas Turdera. El trazado del pueblo fue realizado por el constructor Riziero Preti.

El 30 de enero de 1910, Turdera comenzaba a desandar su historia. Este conglomerado de menos de 2 Kilómetros cuadrados, inició su gestación en esa fecha. A partir de ese momento buenas y malas se irán entramando en esta pequeña ciudad bonaerense.
En tan pocas cuadras, Turdera esconde una historia que es realmente basta; ya que los orígenes de la misma se remontan hacia 1910 pero los primeros pasos se dieron antes de esa fecha.

¨ Loma de las Hormigas.

Hacia 1907, estas tierras eran conocidas como Loma de las Hormigas, por la altura que gozaban las mismas, 25 metros sobre el nivel del mar. Esta elevación trajo como consecuencia que la estación Turdera (Kilómetro 19, 448 en un comienzo allá por 1909) se encuentre enclavada virtualmente en un pozo.
Vecinos e historiadores del lugar contaron que el pozo de la parada ferroviaria fue hecho a pico y pala y que la tierra fue llevada hacia la estación Avellaneda.
Tras el primer remate, en el año 1908, la naciente villa comienza sus primeros pasos de manera consolidados y es el 30 de enero de 1910 cuando se coloca la piedra fundamental de la Iglesia San Pablo con la presencia de autoridades provinciales y municipales; además de las dueñas de las tierras las hermanas Eugenia e Inés Turdera.
El trazado del pueblo es aprobado recién en Junio de ese año, a través del Honorable Concejo Deliberante de Lomas de Zamora por ordenanza Nº 360.
Tras la piedra y la aprobación del proyecto Turdera comienza a crecer. El tranvía a caballo que une Turdera con Temperley y el Hospital Español fue inaugurado un 17 de enero de 1910, y recorrería hasta 1924 los caminos de hierros turderenses (ver fotografía).
Este progreso fue seguido por la erección del teatro Colón, inaugurado en 1913, la Iglesia San Pablo y una gran cantidad de casas y casonas. Además de la primer cancha del Club Atlético Temperley, antes Centenario Football Club, en la hoy esquina de San Lorenzo y Agüero.
“Mi padre no quería casa hechas a los apurones y mal construidas, así que a los compradores por intermedio del Banco de Turdera se le financiaba el terreno y se les regalaba ladrillos para que hagan la casa de material” contó María Preti, hija del constructor Riziero Preti.
La Guerra Mundial (1914 1918) fue junto con la muerte de las hermanas Turdera y el dinámico constructor Preti un punto de inflexión en la vida de esta pujante localidad, ya que entre otras la Iglesia San Pablo fue salvada milagrosamente del martillo del remate por la señora Olmos y el teatro junto con el tranvía dejaron de existir.

Los Iberra, los que mentó Borges

En un costado de Turdera, al lado de la vía, en la denominada Costa Brava, vivían los hermanos Iberra, hombres del cuchillo y del coraje. “Velay, señores la historia / de los Hermanos Iberra / hombres de amor y de guerra / y en el peligro primeros/ la flor de los cuchilleros / y ahora los tapa la tierra", así Jorge Luis Borges, los mentó para siempre en su poema Milonga de dos Hermanos, todo un referente.
Claro que ya nada podría frenar el desarrollo de esta urbe. Que tal vez de manera lenta pero a paso firme iría poblándose de habitantes, que vendrán a buscar tranquilidad y un lugar cómodo para pasar su vida, sin alejarse de la Capital Federal, pero lejos del ruido y el bullicio.

Historia contemporánea.

La gente fue llegando a Turdera y con ella el progreso de una localidad que ya no tendría el barro de sus calles como emblema de pueblo y que quería ser más. Es por los años ’70 donde los vecinos comienzan a movilizarse para que la “villa “pase a ser ciudad.
El pedido se hizo eco y en 1974 Turdera pasó a ser ciudad. “Por aquellos años los vecinos reclamábamos por las molestias que ocasionaba el Mercado de Abasto, teníamos un servicio de trenes deficientes para trasladarnos a la Capital Federal y estábamos luchando para que se hagan las obras de gas“, recuerda el ingeniero Carlos Guerra, antiguo habitante de Turdera.
“Además, por esos años se estaba gestando la parada Hospital Español del ferrocarril Sarmiento (ramal que unía Haedo con La Plata) que era muy solicitada” enfatizó el ingeniero
Finalmente un 30 de octubre de 1974 se declara, por medio de la legislatura provincial, a Turdera oficialmente como ciudad. De esta manera se desprende de Temperley.
Pasaron algo más de 20 años de aquel episodio y hoy por hoy sólo el número de habitantes sigue justificando, aproximadamente 11.000, tal denominación.
Esta Ciudad, no tiene delegación municipal, correo propio (ya que sólo cuenta con una sucursal de el de Temperley) banco de carácter provincial, registro civil y asistencia médica pública, entre otras carencias mínimas.
Los vecinos sólo piden respuesta a estos petitorios, que realmente no son lujos sino que por el contrario esta Ciudad de un Km. cuadrado de extensión verdaderamente necesita.
Turdera necesita de otras urbes cercanas para poder llevar a cabo ciertos trámites que perfectamente pueden ser realizados en este conglomerado sureño.
En definitiva, hoy, con miserias y virtudes, problemas y soluciones, Turdera está cercana a cumplir 100 años de vida; con una gran historia sobre sus espaldas pero con un enorme porvenir frente a sus ojos.
Fotografía: TranWay que unía Turdera con Temperley y Turdera con el Hospital Español.